Evaluar su riesgo cardiovascular
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Las enfermedades cardiovasculares tienen un impacto significativo en la vida de las personas afectadas y en su entorno.
Incluyen diversas afecciones como las enfermedades coronarias, los accidentes cerebrovasculares (ACV) y las enfermedades vasculares periféricas. Estas patologías siguen siendo una de las principales causas de mortalidad en el país.
Esfuerzos científicos
La comunidad científica trabaja incansablemente para reducir su incidencia. Antes de la década de 1980, estas enfermedades encabezaban la lista de causas de mortalidad. La introducción de tratamientos para reducir el colesterol, especialmente la llegada de las estatinas, permitió una disminución significativa de su impacto, relegando las enfermedades cardiovasculares detrás del principal causante de muerte: el cáncer.
Según los datos más recientes, una proporción importante de la población canadiense presenta problemas de salud como hipertensión, diabetes, obesidad y tabaquismo, factores que aumentan la incidencia y la gravedad de estas enfermedades cardiovasculares.
Impacto de la urbanización
El envejecimiento de la población y el crecimiento urbano complican aún más la situación.
Por un lado, la vida en la ciudad suele estar asociada con un estilo de vida más sedentario, con menos oportunidades de actividad física diaria, como caminar o andar en bicicleta, en comparación con las áreas rurales. Además, los entornos urbanos exponen a los habitantes a niveles más altos de contaminación del aire, un factor que puede afectar negativamente la salud cardiovascular.
Por otro lado, el ritmo acelerado de las grandes ciudades puede generar un estrés significativo, acompañado de la falta de tiempo para preparar comidas equilibradas o cuidar la salud. Esto favorece una alimentación poco saludable y hábitos de vida menos beneficiosos, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares en las poblaciones urbanas.
La placa de ateroma
La placa de ateroma es la causa principal de muchas enfermedades cardiovasculares. Aunque comúnmente se le conoce como «placa de colesterol«, no está compuesta únicamente de colesterol. Sin embargo, este sigue siendo su componente principal.
- La huella del colesterol en las arterias
Desde una edad temprana, el colesterol deja rastros en las paredes de las arterias. Con el tiempo, estos depósitos se engrosan y pueden formar placas.
- ¿Cómo se forma una placa de colesterol?
El proceso comienza con la acumulación de colesterol LDL, conocido como «colesterol malo», en la pared de las arterias. Gradualmente, este colesterol es absorbido y se infiltra en la capa muscular del vaso sanguíneo, llamada media, favoreciendo la formación de una placa de ateroma.
- Un proceso inflamatorio
La presencia de esta placa en la pared arterial desencadena una reacción inflamatoria. Los macrófagos, células encargadas de limpiar el organismo, intentan eliminar estos depósitos. Sin embargo, al absorber el colesterol en exceso, se agrandan y quedan atrapados en la pared del vaso sanguíneo.
Podemos imaginarlas como células hinchadas, llenas de espuma. Cuando mueren, liberan su contenido, lo que agrava la inflamación y perpetúa un ciclo de deterioro progresivo.
Para saber más: Placa de ateroma
Placas más frágiles que otras
No todas las placas de ateroma presentan el mismo nivel de riesgo. Algunas son más propensas a desencadenar un evento cardiovascular.
Las más peligrosas no son necesariamente las más grandes, sino aquellas con un alto contenido de colesterol. Al igual que un grano de acné, su superficie se vuelve fina y frágil, lo que las hace más susceptibles a romperse.
Por otro lado, las placas más crónicas son más estables. La inflamación inicial se ha reducido, permitiendo la formación de fibrosis, una estructura blanca y resistente, similar a la que se encuentra en la carne. Esta fibrosis endurece la placa, haciéndola menos vulnerable.
Con el tiempo, también pueden aparecer depósitos de calcio. Este es el proceso final de la inflamación, que contribuye a endurecer la lesión y estabilizarla aún más.
Para saber más: MCAS-Angina estable
Nadie está a salvo
Nadie está exento de desarrollar una enfermedad de las arterias coronarias. Es fundamental mantenerse alerta, tanto por uno mismo como por quienes nos rodean, reconociendo los signos y síntomas, así como los factores de riesgo.
Factores de riesgo
Diversos factores pueden favorecer el desarrollo de una enfermedad coronaria.
Algunos no pueden modificarse, como el sexo masculino, la edad o los antecedentes familiares.
Otros, en cambio, dependen del estilo de vida y pueden corregirse o controlarse, como el tabaquismo, un nivel elevado de colesterol, la falta de actividad física, la diabetes y la hipertensión arterial.
Calcular el riesgo cardiovascular
Es posible estimar la probabilidad de desarrollar una enfermedad cardiovascular en los próximos 10 años utilizando la tabla de Framingham, que se encuentra fácilmente en internet.
Esta herramienta clasifica el riesgo en tres categorías:
- Bajo: menos del 10 %
- Moderado: entre el 10 % y el 20 %
- Alto: más del 20 %
-Factores considerados en la evaluación
Cada uno de los siguientes factores otorga una puntuación que permite determinar el riesgo en porcentaje:
- Sexo
- Edad
- Nivel de colesterol HDL (el «buen» colesterol)
- Presión arterial promedio
- Tabaquismo
- Presencia de diabetes
Cas de alto riesgo desde el inicio
Es importante destacar que ciertas condiciones colocan automáticamente a una persona en la categoría de alto riesgo (más del 20 % en 10 años), sin necesidad de realizar cálculos adicionales:
- Diabetes bajo tratamiento
- Antecedentes de infarto
- Angioplastia con colocación de stent o bypass coronario
- Accidente cerebrovascular (ACV)
- Enfermedad de las arterias periféricas (afectación en las piernas)
Conocer su puntaje de riesgo permite tomar medidas preventivas adecuadas para reducir los riesgos y proteger la salud cardiovascular
¿Cuándo se debe tratar?
Independientemente del nivel de riesgo, y especialmente si es elevado, adoptar hábitos de vida saludables es fundamental para corregir ciertos factores de riesgo. ¡La prevención sigue siendo el mejor tratamiento!
Lectura recomendada: Los hábitos de vida saludables
Si el riesgo cardiovascular es significativo, se puede agregar un tratamiento farmacológico para reducir los niveles de colesterol en sangreLa sangre se compone de glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas y plasma. Los glóbulos rojos transportan el oxígeno y el dióxido de carbono. Los glóbulos blancos son nuestro sistema de defensa. Las plaquetas evitan el sangrado. a un objetivo específico, determinado según el grado de riesgo, además de la adopción de hábitos saludables.
Prevención primaria y secundaria
Es fundamental diferenciar entre un tratamiento médico destinado a una enfermedad ya diagnosticada y un tratamiento prescrito con fines preventivos, cuando el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular es elevado.
- Prevención primaria: busca evitar la aparición de un primer evento cardiovascular en personas con factores de riesgo.
- Prevención secundaria: se aplica a pacientes que ya han sufrido un infarto, un accidente cerebrovascular (ACV) u otra enfermedad cardiovascular, con el objetivo de prevenir una recaída.
En ambos casos, el objetivo es reducir al máximo el riesgo de eventos cardíacos graves.
Certezas clínicas
Numerosos estudios confirman el impacto positivo de la prevención secundaria en las enfermedades cardiovasculares.
En cuanto a la prevención primaria, además de adoptar hábitos de vida saludables, es necesario agregar un tratamiento farmacológico preventivo en todos los pacientes de alto riesgo y en algunos casos de riesgo moderado.
Más información: Impacto clínico de la prevención primaria
Riesgo calculado bajo
Todos tenemos un riesgo basal de desarrollar un evento cardiovascular. Cuando se habla de riesgo bajo, simplemente significa que está cercano o ligeramente por debajo del de la población general.
Así como se planifica la jubilación invirtiendo financieramente, la salud cardiovascular se preserva adoptando buenos hábitos de vida.
Sin embargo, hay una excepción: las personas con hipercolesterolemia familiar. A pesar de un riesgo calculado bajo, en estos casos es necesario complementar las medidas preventivas con medicación.
Riesgo calculado moderado
Cuando el riesgo es moderado y el nivel de colesterol LDL (malo) no justifica una intervención farmacológica inmediata, se recomienda una evaluación adicional antes de considerar un tratamiento preventivo a largo plazo.
Un simple análisis de sangreLa sangre se compone de glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas y plasma. Los glóbulos rojos transportan el oxígeno y el dióxido de carbono. Los glóbulos blancos son nuestro sistema de defensa. Las plaquetas evitan el sangrado. permite medir ciertos biomarcadores, como una fracción del transportador del «colesterol malo», comúnmente comparado con un «taxi del colesterol», y un indicador del nivel de inflamación. Estos factores ayudan a precisar mejor el riesgo cardiovascular y a determinar si es necesario iniciar un tratamiento.
Examen complementario de imagen
Si la evaluación inicial no permite aclarar el nivel de riesgo, se puede considerar un examen de imagen. El profesional de la salud puede recomendar el cálculo del puntaje de calcio mediante una tomografía computarizada (CT-scan) sin contraste.
Este examen permite evaluar la cantidad de calcio presente en las arterias coronarias. Como se mencionó anteriormente, algunas placas se estabilizan con fibrosis y depósitos calcificados.
Un puntaje de calcio elevado indica un mayor riesgo cardiovascular en los próximos 10 años. En este caso, se recomienda una terapia preventiva, además de la adopción de hábitos de vida saludables.
Lectura complementaria: El puntaje de calcio
Conclusión
Es posible estimar el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular en los próximos 10 años. La tabla de Framingham es una herramienta sencilla y accesible para esta evaluación.
En algunos casos, pueden ser necesarias pruebas adicionales para precisar mejor el nivel de riesgo.
El mejor tratamiento sigue siendo la prevención, en primer lugar mediante la adopción de hábitos de vida saludables y, si es necesario, con el uso de una terapia personalizada para reducir el colesterol en sangreLa sangre se compone de glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas y plasma. Los glóbulos rojos transportan el oxígeno y el dióxido de carbono. Los glóbulos blancos son nuestro sistema de defensa. Las plaquetas evitan el sangrado. según las metas establecidas para cada individuo.