Placa ateromatosa (Aterosclerosis)

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La sangre es impulsada hacia todos los órganos del cuerpo gracias a las contracciones del corazón, viajando a través de las arterias.

Nuestras arterias están formadas por tres capas

Las arterias se componen de tres capas distintas: la íntima, la media y la adventicia.

La íntima, la capa más interna, es delgada y facilita el deslizamiento de la sangre en su interior. La media, más gruesa, está formada por células musculares. Finalmente, la adventicia representa la capa externa que asegura la protección del vaso sanguíneo.

Las proteínas "taxi" del colesterol

El colesterol, insoluble en sangre, es transportado por proteínas que actúan como sus transportadoras. Estas proteínas, que llamaremos «taxis» del colesterol, garantizan su movimiento por el organismo.

La huella del colesterol en la arteria

Desde nuestro nacimiento, el transporte del colesterol deja huellas en la pared de nuestras arterias. Con el paso del tiempo y el envejecimiento, estas huellas se espesan y eventualmente pueden formar placas en el interior de las paredes arteriales.

La formación de la placa de colesterol

La formación de las placas de ateroma se inicia con el depósito del colesterol malo en la fina capa interna del vaso sanguíneo, la íntima. Se absorbe y se almacena en la capa muscular del vaso, la media.

Su presencia produce inflamación

La presencia de colesterol en la media crea inflamación. Es ‘consumido’ por los macrófagos, estas células que sirven para limpiar el organismo. A su vez, se llenan de colesterol y quedan atrapadas en la pared del vaso sanguíneo porque se vuelven demasiado grandes.

Se pueden imaginar como grandes células espumosas, llenas de espuma. Cuando mueren, su contenido se libera, lo que crea aún más inflamación, y el ciclo se repite.

Manchas amarillentas en nuestras arterias

Esto se traduce en la aparición de rayas amarillentas en el interior de los vasos sanguíneos. La acumulación de estas células y su contenido graso en la capa muscular del vaso levanta la íntima, la capa interna del vaso.

Estas manchas amarillentas en el interior del vaso se desarrollan aún más y crecen para dar lugar a las placas de colesterol.

Este proceso de formación de placas en las arterias se llama aterosclerosis.

Factores que favorecen el desarrollo de las placas

El riesgo de aterosclerosis se ve aumentado por varios factores, incluyendo la edad, el género masculino, la hipercolesterolemia familiar (una enfermedad genética), la diabetes, la hipertensión arterial, el tabaquismo, la falta de actividad física y la obesidad.

Posibles complicaciones de estas placas de ateroma

Con la acumulación de colesterol, las arterias pierden su flexibilidad y el calcio puede depositarse en las placas. Esto provoca un estrechamiento de las arterias e incluso obstrucciones completas, lo que requiere intervenciones complejas para aliviar los síntomas restableciendo un flujo sanguíneo adecuado.

La ruptura de una de estas placas puede provocar problemas de salud graves.