Infarto de miocardio – STEMI

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El corazón es una bomba muscular extraordinaria que asegura la circulación de la sangre en todo el cuerpo. Es el motor de la vida.

Las arterias coronarias

Este músculo vital funciona gracias al oxígeno, transportado por una red de vasos sanguíneos llamados arterias coronarias. Estas arterias, que rodean y penetran el corazón, son responsables de proporcionarle el oxígeno que necesita para funcionar correctamente. El diámetro de estos vasos puede variar entre 2 y 4 mm.

Cualquier reducción en el tamaño de estas arterias, incluso leve, puede dificultar el suministro de oxígeno al músculo cardíaco, comprometiendo así su funcionamiento. Si esta reducción es lo suficientemente significativa, puede causar daños, a veces irreversibles, en el corazón.

A leer: Las Arterias Coronarias

Tres Principales Tipos de Obstrucción

Existen tres alteraciones agudas que pueden obstruir la circulación en las arterias coronarias, todas originadas en la capa muscular llamada media:

1- El espasmo de la arteria espontáneamente o ser provocado por una sustancia como la cocaína.

Es una contracción de la capa muscular de la media que estrecha el vaso sanguíneo. El impacto del espasmo depende de la severidad de la contracción, ya sea parcial o completa, y de su duración.

Esta obstrucción temporal puede tener consecuencias graves si el suministro de oxígeno al corazón se bloquea por demasiado tiempo.

2- La disección espontánea:

Se trata de un desgarro en la media, cuya causa sigue siendo poco comprendida. Esta ruptura puede estar relacionada con una debilidad o anomalía en la pared arterial.

Al igual que con el espasmo, los efectos varían según la extensión del desgarro, pudiendo causar desde una obstrucción parcial hasta un bloqueo total del vaso.

3- La ruptura de la placa de ateroma (placa de colesterol):

Es, con mucho, la causa más frecuente de obstrucción de las arterias coronarias. Estas placas de colesterol se acumulan en la media de las arterias y pueden romperse espontáneamente, lo que provoca la formación de un coágulo que reduce o bloquea completamente el flujo sanguíneo hacia el músculo cardíaco.

Veamos más de cerca este último caso.

La Placa de Colesterol

La ruptura de una placa de ateroma es la causa más común de obstrucción aguda de las arterias coronarias.

Estas placas, compuestas principalmente de colesterol, se acumulan progresivamente en la media de las arterias.

En un momento dado, la placa puede fisurarse, lo que desencadena la formación de un coágulo que interrumpe la circulación sanguínea.

Una Placa se Fisura

Cuando una placa de ateroma se fisura, el cuerpo reacciona activando un mecanismo de reparación para sellar esta grieta.

Este proceso comienza con la activación de las plaquetas sanguíneas, que desempeñan un papel clave en la coagulación.

Es el "911" para las Plaquetas

Las plaquetas son pequeñas partículas que circulan en la sangre, derivadas de grandes fragmentos de células ubicadas en la médula ósea. Tienen una función esencial: intervienen en la coagulación, un proceso que detiene el sangrado sellando las rupturas en los vasos sanguíneos.

Entendiendo la Coagulación Sanguínea "101"

Cuando una persona se corta, la sangre fluye debido a una brecha en los vasos. Para detener la hemorragia, el organismo lanza una señal de alarma, como una llamada de emergencia. La coagulación sanguínea es el proceso natural que interviene para cerrar la herida.

La Formación del Coágulo

Las plaquetas son las primeras en responder a esta llamada de emergencia. Cuando entran en contacto con las capas internas del vaso, llamadas íntima, cambian de forma, desarrollan tentáculos y comienzan a aglutinarse entre sí. Esta aglomeración forma la base del coágulo.

Simultáneamente, las plaquetas liberan sustancias que atraen aún más plaquetas y desencadenan la transformación de ciertas proteínas sanguíneas en filamentos.

Estos filamentos crean una red alrededor de las plaquetas y los glóbulos rojos, reforzando la estructura del coágulo y haciéndolo más hermético para sellar la grieta de manera efectiva.

Es el Mismo Proceso en la Coronaria

Cuando una placa de colesterol se fisura en una arteria coronaria, el mismo proceso de coagulación se activa para sellar la grieta. Las plaquetas se agrupan y forman un coágulo para reparar la lesión, tal como ocurre con un corte en la piel.

Sin embargo, en las arterias coronarias, la formación de este coágulo puede tener consecuencias graves. Puede causar una obstrucción parcial del vaso o una obstrucción completa.

En ambos casos, esto interrumpe el suministro de oxígeno al músculo cardíaco, lo que puede llevar a complicaciones importantes, como la angina inestable o, en casos más graves, un infarto de miocardio.

Obstrucción completa de una arteria coronaria - STEMI

Cuando un coágulo bloquea completamente una arteria coronaria tras la ruptura de una placa de ateroma, el músculo cardíaco se ve privado de oxígeno y comienza a sufrir intensamente. Esto es lo que comúnmente se conoce como un «ataque cardíaco», denominado STEMI (Infarto de miocardio con elevación del segmento ST) en el lenguaje médico.

La formación de un coágulo en las arterias coronarias es un proceso dinámico. Así como nuestro cuerpo cuenta con un sistema de coagulación para sellar las brechas en los vasos sanguíneos, también posee un mecanismo para disolver los coágulos.

Una emergencia en la que cada minuto cuenta

Desde la aparición de los síntomas, comienza una carrera contra el tiempo. Sin oxígeno, las células del músculo cardíaco empiezan a morir rápidamente. Cuanto más persiste la obstrucción, mayores e irreversibles son los daños.

Una parte del corazón deja de funcionar

A diferencia de otros órganos, el corazón no puede regenerar las células muertas después de un infarto. La zona afectada pierde su capacidad de contraerse, lo que debilita la capacidad del corazón para bombear la sangre de manera eficiente.

La magnitud del daño depende del territorio privado de oxígeno y de la rapidez con la que se realice la intervención médica.

¿Cómo reconocer un infarto?

Los síntomas de un infarto de miocardio pueden variar de una persona a otra, pero generalmente presentan las siguientes características:

  • Dolor torácico intenso y persistente: Una molestia opresiva o una sensación de presión en el pecho que dura más de 30 minutos.
  • Síntomas asociados: Náuseas, vómitos, dificultad para respirar, sudores fríos y sensación de debilidad.
  • Dolor irradiado: La molestia puede extenderse hacia el brazo izquierdo, y en algunos casos, también hacia el brazo derecho, la mandíbula o la espalda.

La falsa impresión de una indigestión severa

En algunos casos, los síntomas de un infarto pueden parecerse a los de una indigestión particularmente dolorosa, lo que puede retrasar la reacción del paciente.
¡En caso de duda, siempre es mejor llamar al 911 de inmediato!

Pequeñas señales de alerta: ¡no las ignores!

En los días previos a un infarto, algunas personas experimentan pequeñas molestias en el pecho que pueden parecer inofensivas.

  • Dolores con el esfuerzo o en reposo: Estas molestias son breves pero recurrentes y pueden aparecer incluso sin actividad física.
    Señal de un problema subyacente: Estos síntomas suelen indicar que ya se está formando un coágulo en la arteria coronaria.

 

Estos dolores premonitorios suelen ser signos de una angina inestable, una condición que puede evolucionar rápidamente hacia un infarto.

¡Es fundamental consultar rápidamente a un profesional de la salud para evitar un ataque cardíaco grave!

Riesgo eléctrico del corazón

El infarto no solo daña el músculo cardíaco, sino que también puede afectar el sistema eléctrico del corazón, causando palpitaciones peligrosas que pueden llevar a un paro cardíaco.

Aún demasiadas muertes antes de llegar al hospital

Muchas personas que sufren un infarto no logran llegar con vida al hospital. La enfermedad coronaria sigue siendo una de las principales causas de muerte súbita.

¡No pierdas tiempo!

Es común que los pacientes retrasen la consulta, esperando que el dolor desaparezca por sí solo. Cada minuto cuenta: cuanto antes se haga el diagnóstico, mayores serán las posibilidades de limitar las secuelas y salvar una vida.

Los paramédicos intervienen de inmediato

En los grandes centros urbanos, los paramédicos realizan un electrocardiograma (ECG) en cuanto llegan para detectar un infarto. Esta primera evaluación rápida permite orientar al paciente hacia el tratamiento adecuado sin perder tiempo.

Transporte directo a un centro especializado

Si el ECG confirma un infarto, el paciente es trasladado inmediatamente a un hospital especializado donde se podrá realizar una angioplastia coronaria para desbloquear la arteria obstruida.

Un primer tratamiento en la ambulancia

Los paramédicos administran aspirina en cuanto se hacen cargo del paciente. Este medicamento evita que las plaquetas sanguíneas se agreguen y formen un coágulo más grande, lo que ayuda a ralentizar la progresión del infarto.

Todo se acelera al llegar al hospital

Al llegar al hospital, el paciente recibe rápidamente medicación intravenosa diseñada para ralentizar significativamente la coagulación, un proceso clave en la formación del coágulo.

Estos medicamentos impiden la producción de fibrina, una proteína que actúa como una red atrapando plaquetas y glóbulos rojos. Este entramado fortalece el coágulo y lo hace más hermético, agravando así la obstrucción de la arteria.

Cuando el hospital especializado está demasiado lejos

En las regiones alejadas de los centros urbanos, el acceso rápido a un hospital especializado en la desobstrucción de las arterias coronarias puede ser difícil.

En estos casos, se administra un tratamiento de apoyo para intentar disolver el coágulo y restablecer la circulación sanguínea.

Tratamiento para disolver el coágulo

Este tratamiento, llamado trombólisis, constituye una alternativa temporal a la angioplastia coronaria inmediata.

El cuerpo humano posee dos sistemas opuestos pero complementarios:

  • Un mecanismo de coagulación, que permite sellar una lesión en un vaso sanguíneo.
  • Un mecanismo de disolución de coágulos, que controla y regula el proceso de coagulación.

 

Estos dos mecanismos funcionan normalmente en equilibrio, como el yin y el yang.

La trombólisis actúa estimulando el sistema natural de disolución de coágulos, ayudando a regular la coagulación en caso de trombosis. Este tratamiento acelera la degradación de la fibrina, rompiendo la red que mantiene el coágulo en su lugar y facilitando su disolución.

El objetivo final de estos tratamientos es desbloquear la arteria lo más rápido posible para reducir o incluso evitar el daño al músculo cardíaco.

¿Y si este tratamiento no funciona?

Si la trombólisis no logra disolver el coágulo, el paciente es trasladado a un hospital especializado donde se puede realizar una coronariografía y una angioplastia coronaria.

La coronariografía

La coronariografía es un procedimiento que permite visualizar las arterias coronarias.


Para más información: La coronariografía

Se realiza bajo anestesia local, aunque a menudo se administra un sedante para mejorar la comodidad del paciente durante el procedimiento.

En caso de infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST (STEMI), el equipo médico trabaja con rapidez alrededor del paciente.
El tiempo es un factor clave para salvar la mayor cantidad posible del músculo cardíaco, o incluso preservar completamente el tejido en peligro.

En inglés, se dice: «Time is muscle» – el tiempo es músculo.

¿Cómo se realiza una coronariografía?

El paciente se acuesta en una mesa de exploración, bajo un equipo con una cámara especial que captura imágenes desde diferentes ángulos.

La intervención comienza con una punción en la arteria de la muñeca o, en algunos casos, en la arteria de la ingle. Esta punción sirve como punto de entrada para los catéteres, unos tubos plásticos delgados.

El resto del procedimiento suele ser indoloro.

Los catéteres son guiados hasta las arterias coronarias, donde circula la sangre que irriga el corazón. Luego, se inyecta un medio de contraste a base de yodo, lo que permite visualizar las arterias en una pantalla de rayos X e identificar con precisión la arteria responsable del infarto.

Reparación de la arteria - PCI

Si la situación lo permite, el médico realiza de inmediato una angioplastia coronaria.

Para más información: La angioplastia coronaria

Durante el procedimiento, el paciente es informado en tiempo real sobre el progreso de la intervención.

La angioplastia coronaria permite reparar una arteria obstruida mediante el uso de catéteres. Para ello, se posiciona un catéter en la entrada de la arteria afectada con el fin de facilitar el acceso del material necesario para la reparación.

Con el objetivo de reducir el riesgo de formación de nuevos coágulos, la fluidez de la sangre se incrementa temporalmente.

Un hilo guía metálico como "vía ferroviaria"

Se introduce un hilo metálico extremadamente fino en la arteria y se dirige a través de la lesión. Su función es servir de guía para facilitar el acceso preciso del material necesario hasta el sitio de la obstrucción.

El catéter balón

Un catéter balón se avanza hasta la zona obstruida para ampliar el paso del flujo sanguíneo.

Una vez ubicado en el centro de la lesión, el balón se infla, comprimiendo la placa y el coágulo contra la pared de la arteria. Esto permite aumentar el diámetro del vaso y restablecer la circulación sanguínea. Luego, el balón se desinfla y se retira.

La endoprótesis o «stent»

Para optimizar el resultado a corto, mediano y largo plazo, generalmente se coloca una endoprótesis (o stent) en el sitio de la obstrucción. El stent es una estructura metálica similar a un resorte, montada sobre un catéter balón que lo transporta hasta el área estrechada de la arteria.

Cuando el balón se infla, despliega la prótesis y la fija contra la pared del vaso sanguíneo. Una vez en posición, el balón se desinfla y se retira, dejando el stent en su lugar de forma permanente para mantener la arteria abierta.

La mayoría de los stents modernos están recubiertos con medicamentos, lo que reduce significativamente el riesgo de una nueva obstrucción en el mismo lugar.

En imágenes, antes y después:

No hay rechazo por parte del cuerpo humano

La endoprótesis no es rechazada por el organismo.

Sin embargo, al tratarse de un cuerpo extraño, puede estimular la actividad de las plaquetas y activar el mecanismo de formación de un coágulo. Este fenómeno se conoce como trombosis del stent, lo que puede llevar a la obstrucción completa de la prótesis.

Para más información: Acerca de los stents.

Prevenir la trombosis de la prótesis

Para evitar esta complicación, se prescribe una combinación de medicamentos que deben tomarse a diario.

La aspirina debe continuarse de por vida, mientras que un segundo antiplaquetario generalmente se administra durante al menos un año, o incluso más tiempo según la evaluación del médico.

Integración progresiva de la endoprótesis

Esta doble terapia antiplaquetaria protege contra la trombosis del stent.

Con el tiempo, las células del cuerpo recubren progresivamente la endoprótesis, integrándola a las paredes del vaso sanguíneo en los meses siguientes a su implantación.

No suspender el tratamiento sin indicación médica

Es fundamental no interrumpir la medicación antiplaquetaria sin la aprobación de un cardiólogo, incluso en caso de una cirugía menor.

Suspender repentinamente este tratamiento expone al paciente a un alto riesgo de trombosis del stent, lo que puede provocar complicaciones graves, e incluso fatales.

De hecho, la principal causa de trombosis súbita del stent es la interrupción del tratamiento antiplaquetario por parte del paciente.

Reparación de las arterias mediante cirugía a corazón abierto

En algunos casos, la reparación de las arterias no puede realizarse mediante angioplastia debido a la complejidad de las obstrucciones, su cantidad o su ubicación.

En estas situaciones, se considera una revascularización mediante cirugía a corazón abierto. Este procedimiento suele ser necesario para ciertos pacientes cuyo estado de salud no permite una intervención con catéter.

Opción de tratamiento con medicación

Cuando ni la angioplastia ni la cirugía son opciones viables, los pacientes pueden ser tratados con una terapia farmacológica ajustada.

Esta opción se basa en la administración de medicamentos destinados a controlar los síntomas, ralentizar la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Los tratamientos generalmente incluyen antiplaquetarios, betabloqueantes, estatinas y otros medicamentos destinados a optimizar la salud cardiovascular.

Dos categorías de tratamiento después de un evento cardíaco agudo

Tras la hospitalización por una angina inestable o un infarto, el médico prescribe dos tipos de tratamientos: uno farmacológico y otro no farmacológico.

Tratamiento farmacológico

Además de los antiplaquetarios, la terapia medicamentosa ayuda al corazón a funcionar mejor, contribuyendo también al control de la presión arterial y del colesterol.

La aspirina, por su parte, forma parte del tratamiento de por vida para estos pacientes, reduciendo el riesgo de recurrencia.

Le Tratamiento no farmacológico

El manejo no farmacológico es igual de importante, e incluso más, para mejorar la salud cardiovascular y prevenir nuevos eventos.

Algunos cambios en el estilo de vida son necesarios para reducir el riesgo de recurrencia de un evento cardíaco. Es fundamental dejar de fumar, vigilar la alimentación, mantener un peso saludable, practicar actividad física regularmente y controlar tanto el colesterol como la presión arterial.

Más información: Hábitos de vida saludables.

  • Ejercicio cardiovascular

Uno de los mejores enfoques para comenzar un tratamiento no farmacológico es integrar el ejercicio físico en la rutina diaria.

Se recomienda practicar al menos 30 minutos de ejercicio cardiovascular entre 4 y 7 días por semana. Los beneficios sobre la presión arterial pueden percibirse rápidamente.

Caminar es una excelente manera de iniciarse en la actividad física. Es accesible para todos y no requiere inversión económica.

Además, la actividad física regular promueve cambios positivos en los hábitos alimentarios, facilitando la consecución o el mantenimiento de un peso saludable y la reducción del perímetro abdominal.

 

  • Nuevos hábitos alimentarios

Un estilo de vida activo fomenta naturalmente una alimentación más equilibrada.

Se recomienda aumentar el consumo de frutas, verduras, cereales y fibra dietética, al mismo tiempo que se limita la ingesta de grasas trans y grasas saturadas.

 

  • Peso saludable y perímetro abdominal recomendado

El peso saludable se define por un índice de masa corporal (IMC) inferior a 25.

Los objetivos de perímetro abdominal son los siguientes:

  • Menos de 102 cm (40 pulgadas) en hombres
  • Menos de 88 cm (35 pulgadas) en mujeres

 

  • Dejar de fumar

Así como la actividad física favorece mejores hábitos alimentarios, también ayuda a tomar conciencia de los efectos perjudiciales del tabaco.

Dejar de fumar es un paso esencial para adoptar un estilo de vida saludable y reducir el riesgo cardiovascular.

Es la ley

La legislación prohíbe a los pacientes que han sufrido un infarto conducir un vehículo durante un período generalmente establecido en un mes. Esta restricción les será comunicada por su médico.

¡El corazón está roto! Hay que poner al paciente en yeso"

Después de un infarto, es esencial un período de reposo de algunas semanas. Cuando una persona se fractura una pierna, se le coloca un yeso para favorecer la curación.

Pero cuando el corazón es el que está afectado y no puede inmovilizarse, es el paciente en su totalidad quien debe observar un reposo estricto para permitir una recuperación óptima.

Este período de descanso es crucial para que la curación ocurra en las mejores condiciones posibles.

Regreso a una vida normal

Dependiendo de la gravedad del infarto, una vez finalizado el período de reposo, el paciente puede reanudar progresivamente sus actividades habituales y recuperar un estilo de vida equilibrado.

Nadie está a salvo

Nadie está a salvo de una enfermedad de las arterias coronarias. Es importante estar atento, tanto para uno mismo como para sus seres queridos, y saber reconocer los signos y síntomas, así como los factores agravantes, como la diabetes, la hipertensión arterial y el colesterol elevado.

Mejor prevenir

La prevención sigue siendo la mejor manera de protegerse y reducir el riesgo de desarrollar esta condición.

Adoptar un estilo de vida saludable y controlar los factores de riesgo permite disminuir significativamente el riesgo de enfermedad coronaria.

La prevención siempre será el mejor tratamiento.