Restenosis coronaria post-angioplastia

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Una pregunta frecuente y perfectamente legítima después de una intervención de dilatación de una arteria coronaria es: «¿Cuánto tiempo va a durar?».

En la respuesta a esta interrogante, es muy probable que se mencione el término «reestenosis», lo que a menudo genera preguntas adicionales.

¿Qué es la reestenosis?

La reestenosis, por definición, se refiere a la recurrencia del estrechamiento o estenosis de una arteria en el sitio donde se realizó la angioplastia. En otras palabras, es la pérdida progresiva del beneficio inicial proporcionado por la intervención.

Este fenómeno puede ser preocupante, ya que anula parcial o totalmente la mejoría lograda con el procedimiento, lo que en ocasiones requiere una intervención adicional.

Las posibles causas de la reestenosis

Dos mecanismos principales explican la reestenosis después de una angioplastia:

  • Las propiedades elásticas de la arteria.
  • El proceso de reparación o cicatrización de la arteria.

1. Propiedades elásticas de la arteria

Una parte significativa de la mejora en el flujo sanguíneo durante una angioplastia proviene del estiramiento de las paredes de la arteria, que se desplazan hacia el exterior.

A diferencia de un conducto rígido, la arteria es relativamente flexible y puede dilatarse, aunque esta flexibilidad varía según factores como la fibrosis o la presencia de calcio en la pared arterial. Una arteria más rígida puede limitar considerablemente la posibilidad de obtener un resultado adecuado.

Todas las arterias están compuestas por una capa elástica llamada media, que ejerce una fuerza de retroceso para devolver la pared arterial a su configuración inicial.

Este fenómeno, conocido en inglés como recoil, puede ocurrir en las horas o días posteriores a la dilatación y comprometer los beneficios inmediatos de la intervención.

En los inicios de la angioplastia, cuando solo se utilizaban globos, este mecanismo era una causa frecuente de fracaso, lo que provocaba una rápida recurrencia de los síntomas, como la angina, a corto o medio plazo.

La introducción de los stents o endoprótesis coronarias ha reducido significativamente este problema. Al actuar como un soporte dentro de la arteria, el stent mantiene las paredes dilatadas y minimiza el riesgo de reestenosis asociada a la propiedad elástica de la arteria.

2. El proceso de reparación de la arteria (cicatrización)

El segundo mecanismo implicado es el proceso de cicatrización de la arteria.

Durante la dilatación de la arteria, esta sufre un traumatismo. Como en cualquier herida, se inicia un proceso de curación. Este proceso de cicatrización implica la proliferación (multiplicación) de diferentes elementos celulares presentes en la pared arterial.

En algunos casos, la cicatriz puede «proliferar» a través de las mallas de la endoprótesis, estrechando nuevamente la luz de la arteria. Esto puede llevar a la recurrencia de síntomas, como la angina.

Controlar la cicatrización de la arteria

Durante muchos años, los investigadores han explorado diversas estrategias para limitar la cicatrización excesiva de la arteria tras una intervención. En los inicios, la tasa de reestenosis podía alcanzar el 50 %, lo que significaba que una de cada dos reparaciones fallaba a largo plazo.

El objetivo era encontrar un equilibrio delicado: limitar la cicatrización excesiva para reducir el riesgo de reestenosis, mientras se aseguraba una curación adecuada para prevenir otras complicaciones.

Stents farmacológicos

La investigación permitió desarrollar una nueva generación de endoprótesis, conocidas como stents farmacológicos. Estos dispositivos están recubiertos con un medicamento que se libera progresivamente en la pared de la arteria durante los primeros meses tras su implantación. Este medicamento tiene como objetivo reducir la cicatrización excesiva y, por ende, minimizar el riesgo de reestenosis.

Este avance revolucionó la angioplastia, reduciendo de manera significativa el riesgo de reestenosis. Sin embargo, aunque este riesgo se ha atenuado considerablemente, nunca se elimina por completo. Actualmente, se estima que dicho riesgo de aproximadamente un 15 %.

¿Cuánto tiempo durará?

A la pregunta: «¿Cuánto tiempo durará?», lamentablemente no existe una respuesta precisa.

Estamos en el complejo ámbito de las probabilidades, donde diversos factores influyen en el riesgo de recurrencia.

Factores a considerar

Se sabe que ciertos factores aumentan el riesgo de reestenosis:

  • Segmento largo estrechado: Un estrechamiento en un segmento largo de una arteria de pequeño diámetro tiene un riesgo significativamente mayor. Estas características son más comunes en mujeres y pacientes diabéticos.

 

  • Resultado subóptimo: Una dilatación insuficiente debido a calcificaciones importantes o la presencia de un estrechamiento en una bifurcación (punto de salida de una rama arterial) también favorece la reestenosis.

 

  • Número de lesiones tratadas: Cada lesión tiene su propio riesgo de reestenosis, y estos riesgos se suman cuando se tratan varios estrechamientos.

Detección de la reestenosis: ¿Cuándo intervenir?

Es muy poco común buscar una reestenosis asintomática mediante una nueva coronariografía u otro procedimiento de imagen.

Esto solo se considera en casos excepcionales, especialmente cuando la dilatación se realizó en lugares críticos donde una reestenosis podría tener consecuencias graves.

En general, el seguimiento de la reestenosis se basa principalmente en la aparición o recurrencia de síntomas. Si no se manifiestan síntomas, a menudo no hay necesidad de intervenir.

Los primeros 3 a 6 meses

En caso de reestenosis, la recurrencia de angina generalmente se presenta dentro de los 3 a 6 meses posteriores a la intervención inicial.

Los síntomas suelen manifestarse como dolores en el pecho, que inicialmente aparecen durante esfuerzos considerables. A medida que el estrechamiento empeora, estos dolores pueden presentarse con esfuerzos cada vez menores, e incluso en reposo.

La angina que reaparece

La reestenosis rara vez se manifiesta mediante un infarto repentino. Los síntomas suelen aparecer de manera progresiva. La angina es un síntoma que los pacientes generalmente reconocen rápidamente, especialmente si ya han tenido una experiencia previa similar.

Regreso a la coronariografía

En la mayoría de los casos, el médico recomendará una coronariografía de control para evaluar la situación y determinar los próximos pasos.

Antes de este procedimiento, puede solicitarse una prueba de esfuerzo en cinta rodante u otro examen para confirmar la necesidad de la intervención.

¿Cuáles son las opciones en caso de reestenosis confirmada?

Una vez confirmada la reestenosis, no es posible retirar la endoprótesis previamente colocada.

En raras ocasiones, pueden ser necesarias múltiples intervenciones en el mismo sitio. Sin embargo, es importante señalar que el riesgo de reestenosis aumenta con cada recaída.

Diferentes opciones posibles

Cada alternativa será cuidadosamente evaluada según la situación específica del paciente y las recomendaciones del equipo médico.

  • Angioplastia simple de la reestenosis

Este nuevo estrechamiento difiere de la placa de colesterol tratada inicialmente. El cúmulo de células responsable de la reestenosis suele ser más fácilmente comprimible, por lo que una simple dilatación puede ser suficiente para restablecer un buen flujo sanguíneo. Además, es posible aplicar un agente medicamentoso similar al utilizado en los stents farmacológicos mediante un balón recubierto con esta medicación.

  • Verificación de la colocación del stent existente

Es fundamental evaluar si el stent previamente implantado está correctamente desplegado y bien adherido a la pared arterial. Si no es así, puede ser necesario un nuevo despliegue o una mejor adhesión para optimizar los resultados.

  • Colocación de un nuevo stent

En ciertas circunstancias, puede colocarse una nueva endoprótesis dentro del stent existente.

  • Reevaluación de la estrategia

En casos más complejos, como una localización crítica de la reestenosis o recaídas múltiples, podría considerarse una cirugía de bypass como la solución más adecuada.

En conclusión

Aunque la reestenosis se ha vuelto mucho más rara gracias a los avances realizados, sigue siendo un desafío en el tratamiento de dilatación de los estrechamientos coronarios. Este factor debe ser considerado al elegir la estrategia terapéutica, teniendo en cuenta también las expectativas y preferencias del paciente.
La reestenosis nos recuerda que, a pesar de todos los avances y esfuerzos realizados, la enfermedad coronaria es una condición que se puede controlar, pero que no tiene cura definitiva.