La síncope vasovagal

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La síncope es un desmayo temporal provocado por una disminución del flujo sanguíneo al cerebro. Puede tener varias causas, que varían según los individuos y las circunstancias.

Para leer: La síncope o la pérdida de conocimiento

 

La síncope vasovagal

La síncope vasovagal pertenece a la familia de las síncopes reflejas y es, con diferencia, la más frecuente. Se estima que una de cada cuatro personas experimentará al menos un episodio de síncope vasovagal a lo largo de su vida.

En la mayoría de los casos, se desencadena por:

  • Permanecer de pie durante un período prolongado, especialmente en un ambiente caluroso.
  • Un estrés emocional intenso o un dolor repentino.

Un ejemplo típico es el de una persona que pierde el conocimiento durante una extracción de sangre.

La vista de la sangre o la anticipación de la inyección desencadena un reflejo exagerado del sistema nervioso, provocando una caída repentina de la presión arterial y la pérdida del conocimiento.

Los signos precursores: la pre-síncope vasovagal

Antes de desmayarse, la persona suele experimentar síntomas vagales, como:

  • Náuseas
  • Palidez
  • Oleadas de calor
  • Sudoración excesiva
  • Sensación de fatiga extrema

 

Esta fatiga puede persistir después de la síncope, a veces durante varias horas.

¿Qué exámenes pueden solicitarse?

El diagnóstico del síncope situacional se basa principalmente en la historia clínica del paciente y en el examen físico. Sin embargo, para descartar otras causas posibles, se suelen recomendar algunos exámenes complementarios.

En general, se prescribe un electrocardiograma (ECG) para observar la actividad eléctrica del corazón y detectar posibles anomalías del ritmo.

Luego, una ecocardiografía permite evaluar la estructura y el funcionamiento de esta bomba muscular, visualizando las cavidades, las válvulas y los movimientos del corazón.

Finalmente, un Holter de 24 horas, que registra el ritmo cardíaco de manera continua durante todo un día, completa esta evaluación básica al ofrecer información valiosa sobre el comportamiento del corazón en la vida cotidiana.

En algunos casos más atípicos, se puede realizar una prueba de la mesa basculante para confirmar el diagnóstico.

La prueba de la mesa basculante

Esta prueba consiste en sujetar al paciente sobre una mesa que se inclina progresivamente entre 60 y 70 grados, colocándolo casi en posición vertical. El objetivo es reproducir los síntomas y observar si se desencadena la síncope.

Sin embargo, este examen se utiliza rara vez, ya que el diagnóstico de síncope vasovagal suele ser evidente gracias a los antecedentes del paciente y a las circunstancias del desmayo.

¿Cuáles son los riesgos para la salud?

El síncope vasovagal es benigno. No causa complicaciones cardíacas y no es una causa de mortalidad.

Aunque aproximadamente una de cada cuatro personas experimentará al menos un episodio de síncope vasovagal en su vida, solo el 5 % tendrá más de cinco episodios.

El principal riesgo: la caída

Al igual que otros tipos de síncope, el principal peligro es el riesgo de lesión debido a la caída. Dependiendo de las circunstancias, una pérdida repentina del conocimiento puede provocar traumatismos, especialmente si la persona cae sobre una superficie dura o en un entorno peligroso (por ejemplo, una escalera o al conducir un vehículo).

¿Cuál es el tratamiento?

Todo lo que pueda disminuir la presión arterial puede aumentar el riesgo de síncope. Los principales factores a vigilar son:

  • La deshidratación
  • Ciertos medicamentos que reducen la presión arterial

 

Por lo tanto, se recomienda beber alrededor de 2 litros de líquido al día y no restringir el consumo de sal, a menos que un médico lo haya indicado.

Prevenir el síncope y las lesiones

La forma más sencilla de evitar un síncope o minimizar el riesgo de lesión es sentarse tan pronto como aparezcan los primeros síntomas.

En los casos más severos, acostarse en el suelo con las piernas elevadas ayuda a restablecer rápidamente la circulación sanguínea y evitar una pérdida total del conocimiento.

  • ¿Por qué?

Cuando estamos acostados, la sangre que estaba «retenida» en las piernas debido a la gravedad regresa más fácilmente al corazón. Esto aumenta rápidamente la presión arterial y permite recuperar el conocimiento más rápido.

Sin embargo, no siempre es posible acostarse en cualquier lugar. Afortunadamente, existen algunas maniobras simples que pueden ayudar a prevenir una caída de presión y, potencialmente, evitar el síncope.

Algunos trucos para prevenir el síncope

Aquí hay algunas técnicas sencillas que pueden ayudar a evitar un síncope aumentando momentáneamente la presión arterial:

  • Cruzar las piernas y contraerlas firmemente una contra la otra de forma isométrica (sin moverse). 
  • Apretar las manos una contra la otra frente al pecho y tirar con fuerza sin moverlas.

Estas técnicas suelen ser eficaces para prevenir la mayoría de los episodios de síncope. Solo una pequeña minoría de personas que sufren síncopes vasovagales requieren un manejo más especializado.

Informar a los familiares y amigos

También es útil informar a las personas cercanas sobre la posibilidad de un síncope. De esta manera, en caso de una pre-síncope, podrán ayudar a prevenir lesiones guiándote hacia una posición segura.