La Síncope o Síndrome del Seno Carotídeo
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La síncope es un desmayo temporal provocado por una disminución del flujo sanguíneo al cerebro. Puede tener varias causas, que varían según los individuos y las circunstancias.
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La Síncope o Síndrome del Seno Carotídeo
La síncope relacionada con el síndrome del seno carotídeo forma parte de las síncopes reflejas, es decir, pérdidas breves de conciencia provocadas por una reacción excesiva del sistema nervioso autónomo.
Sensores de presión en las carótidas
En este caso particular, el desencadenante se encuentra en las arterias carótidas, ubicadas en el cuello.
Estas arterias, que transportan la sangreLa sangre se compone de glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas y plasma. Los glóbulos rojos transportan el oxígeno y el dióxido de carbono. Los glóbulos blancos son nuestro sistema de defensa. Las plaquetas evitan el sangrado. del corazón al cerebro, contienen receptores de presión.
Su función es mantener un buen equilibrio detectando cualquier aumento excesivo de la presión arterial y desencadenando una respuesta destinada a reducirla.
Sistema circulatorio particular
El cerebro, por su parte, cuenta con un sistema de circulación sanguínea particular. El flujo que recibe no depende directamente de la presión medida en las arterias.
Para ilustrar este fenómeno, puede compararse con una manguera de jardín: sea cual sea la presión ejercida en la entrada, la cantidad de agua que sale permanece estable.
Este fenómeno, llamado autorregulación cerebral, permite un aporte sanguíneo constante mientras la presión arterial media se mantenga entre 50 y 150 mmHg.
Esta media se calcula con la siguiente fórmula:
(Presión diastólica × 2 + Presión sistólica) ÷ 3
Por ejemplo, para una presión de 120/80 mmHg, la media sería de aproximadamente 93 mmHg.
En las personas que sufren de hipertensión crónica, este sistema de protección puede estar alterado. El cerebro se vuelve entonces más sensible a las variaciones de presión, lo que aumenta el riesgo de malestar en caso de un desequilibrio repentino.
Hipersensibilidad
En algunas personas, estos receptores se vuelven anormalmente sensibles.
Una estimulación del cuello, como afeitarse la barba, llevar un cuello de camisa demasiado ajustado o hacer un movimiento brusco de la cabeza, puede ser suficiente para provocar una disminución del ritmo cardíaco, una caída de la presión arterial… y una síncope.
Este tipo de malestar ocurre casi exclusivamente en personas mayores de 40 años.
Aumento exagerado de la presión
Un fenómeno similar también puede ocurrir en los culturistas, especialmente durante ejercicios de musculación intensos con cargas muy pesadas. El esfuerzo sostenido provoca un aumento importante de la presión arterial, lo que estimula intensamente los receptores ubicados en las carótidas.
Para proteger al cerebro de esta elevación excesiva, el cuerpo reacciona ralentizando el ritmo cardíaco y bajando repentinamente la presión. Este mecanismo puede provocar mareos, náuseas e incluso vómitos.
Es evidente que este tipo de esfuerzo extremo, sobre todo sin supervisión adecuada, no es recomendable.
¿Qué exámenes pueden solicitarse?
En una primera etapa, generalmente se prescribe un electrocardiograma (ECG) para observar la actividad eléctrica del corazón y detectar cualquier anomalía en el ritmo.
Una ecocardiografía permite luego evaluar la estructura y el funcionamiento de esta bomba muscular, visualizando las cavidades, las válvulas y los movimientos del corazón.
Por último, un Holter de 24 horas, que registra el ritmo cardíaco de forma continua durante un día completo, complementa esta evaluación básica al aportar información valiosa sobre el comportamiento del corazón en la vida cotidiana.
Examen más específico
Para investigar específicamente un síndrome del seno carotídeo, el examen de referencia es el masaje del seno carotídeo. Esta maniobra consiste en aplicar una presión firme sobre la arteria carótida, ubicada en el centro del cuello, con el fin de reproducir la respuesta refleja que implica una disminución del ritmo cardíaco.
Siempre se realiza bajo vigilancia electrocardiográfica, en un entorno médico seguro, por un médico experimentado. Esto permite observar la reacción del corazón en tiempo real y garantizar la seguridad del paciente.
Está estrictamente contraindicado intentar esta maniobra uno mismo, ya que una ejecución incorrecta puede provocar complicaciones graves. Este tipo de prueba debe realizarse exclusivamente en un entorno clínico adecuado.
¿Cuáles son los riesgos para la salud?
El principal riesgo sigue siendo el de lesionarse al caer, especialmente si la síncope ocurre en un lugar peligroso o donde no es posible sentarse o acostarse rápidamente.
El mayor peligro: la caída
Como en otros tipos de síncopes, el mayor peligro es el riesgo de lesiones debido a una caída.
Dependiendo de las circunstancias, una pérdida repentina de la conciencia puede provocar traumatismos, especialmente si la persona cae sobre una superficie dura o en un entorno peligroso (por ejemplo: escaleras, conduciendo un vehículo).
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento del síndrome del seno carotídeo depende de la gravedad de los síntomas y de su impacto en la calidad de vida.
En algunas personas, especialmente cuando los episodios de síncope son frecuentes o representan un riesgo de complicaciones, puede ser necesaria la implantación de un marcapasos permanente. Este dispositivo ayuda a prevenir las desaceleraciones excesivas del ritmo cardíaco al mantener una frecuencia regular, reduciendo así el riesgo de nuevas pérdidas de conciencia.
La decisión de recurrir a este tipo de intervención se toma siempre en función de los resultados de las pruebas y de la evaluación clínica general del paciente.
Algunos consejos
Para las personas con síndrome del seno carotídeo, ciertas precauciones pueden ayudar a prevenir los episodios. Se recomienda evitar cualquier presión o manipulación en la zona del cuello, ya sea al afeitarse, durante un masaje o al realizar ciertos movimientos bruscos.
También es preferible no usar ropa demasiado ajustada alrededor del cuello, como cuellos altos o corbatas, para limitar cualquier estimulación involuntaria de las carótidas.
Estos gestos simples pueden ayudar a reducir el riesgo de síncope.