Episodio 10 – John “Jack” Gibbon, M.D.

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El padre de la circulación extracorpórea

Nacido en Filadelfia en 1903, John Gibbon obtuvo su título de médico cirujano en la Universidad de Harvard, en Massachusetts.

Muy temprano en su carrera, un acontecimiento determinante marcó su destino: durante una operación para extraer un coágulo masivo del pulmón de una paciente que había sufrido una embolia pulmonar tras la extracción de la vesícula biliar, fue testigo impotente de su muerte. Más tarde, Gibbon afirmó que un dispositivo capaz de desviar y oxigenar la sangre fuera del cuerpo podría haber salvado esa vida.

Una idea visionaria

Se lanzó entonces a diseñar una bomba capaz de crear una circulación extracorpórea, es decir, un dispositivo que pudiera al mismo tiempo:

  • Oxigenar la sangre,
  • Prevenir la formación de coágulos,
  • Proteger los glóbulos rojos de la destrucción mecánica.

 

Estas tres condiciones representaban los principales obstáculos a superar antes de que la máquina pudiera ser funcional.

Una colaboración familiar y científica

Durante más de diez años, John Gibbon trabajó con su esposa Marjorie, quien compartió con él el laboratorio y los esfuerzos. La Segunda Guerra Mundial interrumpió sus investigaciones cuando Gibbon fue movilizado como cirujano en Nueva Caledonia.

A su regreso, retomó el proyecto con el apoyo técnico de los ingenieros de IBM. Juntos lograron desarrollar la primera máquina corazón-pulmón que cumplía con los criterios de seguridad necesarios.

El primer éxito

En mayo de 1953, John Gibbon realizó la primera cirugía cardíaca exitosa con asistencia circulatoria mecánica. Corrigió una comunicación interauricular (CIA) en una paciente de 18 años, Martha Cowley.

La intervención, que duró 26 minutos, transcurrió sin complicaciones. La paciente recibió el alta hospitalaria pocos días después: un acontecimiento mundial que marcó la entrada de la cirugía cardíaca en una nueva era.

Fracasos dolorosos

El triunfo fue de corta duración. Las dos siguientes operaciones terminaron con el fallecimiento de los pacientes. Conmocionada, IBM anunció dos años después que abandonaba el proyecto, alegando un cambio de orientación. El propio Gibbon suspendió su trabajo clínico.

La continuación por otros pioneros

A pesar de este paréntesis, el principio de la circulación extracorpórea no fue abandonado. La Clínica Mayo y otros centros retomaron y perfeccionaron la técnica.

Los progresos fueron rápidos: la mortalidad operatoria cardíaca, que aún alcanzaba el 50% en 1955, cayó al 25% en 1956 y al 10% en 1957. Hoy en día, según el tipo de cirugía y el estado general de salud del paciente, es inferior al 2%.

Legado

John Gibbon falleció de un infarto de miocardio en 1973, a la edad de 69 años.

Su legado perdura: la casi totalidad de las cirugías cardíacas modernas utilizan la circulación extracorpórea (CEC). En el lenguaje médico, todavía se dice que “el paciente está bajo bomba”.