Muerte súbita de origen cardíaco
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A menudo se escucha que alguien se desplomó de forma repentina, incluso sin tener una enfermedad conocida. En muchos casos, el corazón deja de latir de forma repentina, sin dar tiempo a intervenir.
La muerte súbita cardíaca ocurre cuando el corazón deja abruptamente de bombear sangreLa sangre se compone de glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas y plasma. Los glóbulos rojos transportan el oxígeno y el dióxido de carbono. Los glóbulos blancos son nuestro sistema de defensa. Las plaquetas evitan el sangrado., generalmente debido a una arritmia grave. Esto provoca una pérdida inmediata de la conciencia, paro respiratorio y, si no se realiza una reanimación inmediata, la muerte.
La mayoría de las veces, no hay señales de advertencia. Sin embargo, algunas personas pueden sentir dolor en el pecho, palpitaciones o mareos minutos u horas antes del evento.
¿Qué tan frecuente es el problema?
Se estima que alrededor de 32,000 personas mueren cada año en Canadá por paro cardíaco súbito. Este tipo de muerte representa la mitad de las muertes cardíacas, superando al infarto, el cáncer y el accidente cerebrovascular como causa principal de mortalidad.
En Estados Unidos, la situación es aún más preocupante: más de 350,000 muertes anuales, la mayoría fuera del hospital, lo que equivale a casi 1,000 muertes por día.
¿A quiénes afecta?
La muerte súbita afecta principalmente a adultos de entre 30 y 50 años. Los hombres se ven afectados el doble que las mujeres. En niños, el fenómeno es raro: entre 1 y 2 casos por cada 100,000 al año.
En jóvenes, los paros cardíacos suelen ocurrir durante actividades deportivas en equipo (alrededor de 1 en 200,000 atletas).
En personas mayores de 35 años, son más frecuentes durante deportes individuales como el running o el trote: aproximadamente 1 caso en 50,000 maratonistas y 1 en 15,000 corredores recreativos.
¿Qué causa la muerte súbita cardíaca?
La causa inmediata de la muerte súbita de origen cardíaco es, en la gran mayoría de los casos, una arritmia grave, en particular una fibrilación ventricular. Esta alteración del ritmo cardíaco impide que el corazón bombee la sangreLa sangre se compone de glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas y plasma. Los glóbulos rojos transportan el oxígeno y el dióxido de carbono. Los glóbulos blancos son nuestro sistema de defensa. Las plaquetas evitan el sangrado. de manera eficaz.
Pero este trastorno eléctrico no aparece sin motivo. Puede estar relacionado con diferentes enfermedades cardíacas, cuyo origen varía según la edad.
En las personas mayores de 40 años, la causa más frecuente es la enfermedad coronaria. Esta puede pasar desapercibida antes del evento, lo que explica el carácter a menudo imprevisible de la muerte súbita.
En los más jóvenes, se trata más bien de anomalías congénitas —es decir, presentes desde el nacimiento—. Estas malformaciones cardíacas pueden afectar la estructura del corazón o su sistema eléctrico.
¿Cuál es la diferencia entre un paro cardíaco súbito y un infarto de miocardio?
La muerte súbita cardíaca no es lo mismo que un infarto. El corazón es un músculo que bombea sangreLa sangre se compone de glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas y plasma. Los glóbulos rojos transportan el oxígeno y el dióxido de carbono. Los glóbulos blancos son nuestro sistema de defensa. Las plaquetas evitan el sangrado. a los órganos, y esta función está regulada por un sistema eléctrico interno.
En el caso de un infarto de miocardio, una o más arterias coronarias se bloquean, impidiendo el flujo de oxígeno a una parte del músculo cardíaco. El tejido se daña, pero el corazón sigue latiendo.
En cambio, la muerte súbita está provocada por un fallo eléctrico, generalmente una fibrilación ventricular, que hace que los ventrículos pierdan la coordinación.
El flujo de sangreLa sangre se compone de glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas y plasma. Los glóbulos rojos transportan el oxígeno y el dióxido de carbono. Los glóbulos blancos son nuestro sistema de defensa. Las plaquetas evitan el sangrado. se detiene, y sin circulación, el cerebro deja de funcionar rápidamente, lo que lleva a una pérdida de conciencia, paro respiratorio y, si no se actúa, la muerte.
¿Cuáles son los síntomas?
En más de la mitad de los casos, no hay síntomas antes del paro cardíaco. El evento ocurre sin previo aviso.
Algunas personas, sin embargo, pueden experimentar dolor en el pecho, palpitaciones o mareos antes de perder el conocimiento de forma repentina.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Varios elementos pueden aumentar el riesgo de muerte súbita cardíaca. Algunos están relacionados con enfermedades ya diagnosticadas, otros pueden pasar inadvertidos.
Los dos principales factores encontrados en la mayoría de los casos son:
- antecedentes de infarto de miocardio (en aproximadamente el 75% de los casos);
- enfermedad coronaria por aterosclerosis (presente en más del 80% de los casos).
Otros factores de riesgo:
- fracción de eyección del ventrículo izquierdo menor al 40%;
- insuficiencia cardíaca (multiplica el riesgo por ocho);
- antecedentes familiares de muerte súbita o síncope inexplicado;
- síndrome de QT largo;
- síndrome de Wolff-Parkinson-White (vía accesoria de conducción);
- síncope sin causa aparente;
- cardiopatías congénitas;
- miocardiopatía dilatada o hipertrófica;
- obesidad;
- diabetes;
- consumo de drogas que pueden afectar el ritmo cardíaco.
¿Cómo se establece el diagnóstico?
Una persona que pierde el conocimiento súbitamente, colapsa y no responde podría estar sufriendo un paro cardíaco. En ese caso, se debe iniciar la reanimación de inmediato y llamar al 911.
Si hay disponible un desfibrilador externo automático (DEA), debe utilizarse sin demora.
Para leer: Desfibrilador Externo Automatizado (DEA)
Lamentablemente, en la mayoría de los casos, las víctimas no reciben ayuda a tiempo y no llegan al hospital. A menudo son encontradas sin vida, sin que se haya intentado ninguna reanimación.
Si la persona es reanimada y trasladada al hospital, el diagnóstico se confirma mediante un electrocardiograma (ECG) o una tira de ritmo que documenta la arritmia. Luego se realizan estudios para determinar la causa subyacente.
¿Cuál es el tratamiento?
En las personas que sobreviven, se suele realizar de forma urgente una coronariografía para verificar la presencia de bloqueos en las arterias que puedan haber causado la arritmia.
Durante la hospitalización, se llevan a cabo más estudios para identificar la causa y prevenir un nuevo episodio. El tratamiento puede incluir:
- intervención coronaria, si hay obstrucción;
- medicación para estabilizar el ritmo cardíaco;
- y a menudo, la implantación de un desfibrilador automático implantable (DAI).
¿Qué es un desfibrilador automático implantable (DAI)?
Un DAI es un pequeño dispositivo colocado debajo de la piel, generalmente en la parte superior izquierda del tórax, debajo de la clavícula. Se lo puede considerar como un marcapasos avanzado.
Además de estimular el corazón si late demasiado lento, el DAI vigila constantemente el ritmo cardíaco y puede aplicar una descarga eléctrica en caso de una arritmia grave. Esta intervención puede salvar la vida.
¿Cuál es el pronóstico?
Incluso cuando la reanimación es exitosa, el pronóstico sigue siendo reservado. La gran mayoría de los paros cardíacos fuera del hospital son fatales. Se estima que entre el 70 y el 90% de los afectados mueren en el lugar. Las estadísticas más favorables—alrededor del 70% de mortalidad—se observan donde hay DEA disponibles, como en escuelas y centros deportivos.
De los que sobreviven al evento inicial (10 a 30%), sólo entre el 5 y el 40% salen del hospital con vida. Algunos se recuperan sin secuelas, pero otros quedan con daños neurológicos importantes.
¿Cómo mejorar el pronóstico?
Una reanimación rápida y eficaz es el factor más decisivo.
Pero más allá de la urgencia, la prevención sigue siendo la mejor herramienta. Conocer los factores de riesgo, cuidar el corazón, tratar las enfermedades cardíacas y adoptar hábitos saludables son las claves para reducir el riesgo de muerte súbita cardíaca.






















