Preguntas sobre una cirugía cardíaca

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Saber que se necesita una cirugía cardíaca suele generar preocupación, dudas e incluso angustia.

Estas reacciones son completamente normales, pero a menudo están alimentadas por el miedo a lo desconocido. Comprender mejor cómo se desarrollará la intervención ayuda generalmente a disminuir esta ansiedad. cette anxiété.

Exámenes previos a la operación

Antes de la intervención se requieren varios exámenes. En general, se solicita un chequeo médico completo, que incluye un electrocardiograma, una radiografía de tórax y análisis de sangre.

Según el contexto clínico, pueden indicarse estudios adicionales. contexte clinique.

Posible cita de preadmisión

En la mayoría de los hospitales que ofrecen cirugía cardíaca, se puede organizar una visita preparatoria. Esta cita permite realizar ciertos exámenes puntuales y completar los formularios necesarios.

Se debe llevar la lista completa de los medicamentos que se están tomando. Algunos de ellos probablemente deberán suspenderse antes de la intervención, decisión que se toma en conjunto con el equipo quirúrgico.

Admisión y preparativos finales

La admisión al hospital suele realizarse el día anterior a la operación. Es importante llevar todos los medicamentos que se usan regularmente.

Antes de salir de casa

Se recomienda no llevar objetos de valor al hospital. Como los efectos personales acompañan al paciente entre las distintas unidades de cuidados, es más seguro dejar los objetos valiosos en casa.

La mañana de la cirugía

Se requiere un ayuno completo a partir de la medianoche anterior. Sin embargo, en algunos casos se pueden tomar ciertos medicamentos con una pequeña cantidad de agua, según las indicaciones precisas del equipo de salud.

Camino al quirófano

Antes de dirigirse al quirófano, se entrega una bata hospitalaria. No se permite el uso de ropa interior, medias, joyas ni relojes.

También se recomienda evitar el esmalte de uñas, ya que puede interferir con el monitoreo de ciertos parámetros durante la intervención.

Duración de la intervención

La preparación anestésica dura entre 30 y 60 minutos en promedio. La cirugía propiamente dicha suele durar entre 2 y 4 horas.

Una vez finalizada, el paciente es trasladado a la unidad de cuidados intensivos para el seguimiento postoperatorio inmediato.

Riesgos relacionados con la cirugía

La cirugía cardíaca se practica ampliamente en todo el mundo y se considera muy segura. Los riesgos graves asociados se estiman en alrededor del 1 al 2 %.

Estas complicaciones, aunque poco frecuentes, pueden incluir eventos mayores como el fallecimiento, un accidente cerebrovascular (ACV) o un coma.

Estos eventos pueden presentarse durante la cirugía, inmediatamente después o en los días siguientes.
pération.

Otros posibles riesgos

También pueden ocurrir complicaciones menos graves pero más frecuentes, como:

  • Arritmias cardíacas (latidos irregulares o anormales), observadas en aproximadamente un tercio de los pacientes;
  • La necesidad de una transfusión de sangre;
  • Infecciones en la zona operada o en los pulmones;
  • Y, en algunos casos, alteraciones renales transitorias.

La magnitud de los riesgos puede variar según varios factores, como la edad, los antecedentes médicos y la presencia de enfermedades crónicas. Cada situación clínica es única.

Consentimiento para la intervención

Firmar el consentimiento quirúrgico confirma que toda la información esencial sobre la intervención prevista —en particular los riesgos asociados— ha sido explicada de forma clara y comprensible. Es un paso importante en el proceso quirúrgico.

¿Y después de la cirugía?

Una vez terminada la intervención, el paciente es llevado a la unidad de cuidados intensivos para un monitoreo estrecho durante las primeras horas. Aún está bajo los efectos de la anestesia y conectado a monitores que permiten observar de cerca los signos vitales (presión, frecuencia cardíaca, respiración).

El despertar se produce de forma progresiva. El tubo respiratorio se retira tan pronto como la respiración espontánea sea suficiente. El dolor se controla adecuadamente con medicamentos adecuados, y un equipo médico acompaña cada etapa de la recuperación.

Un regreso progresivo a la normalidad

Los días posteriores a la cirugía se dedican a recuperar fuerzas de manera gradual. Se comienza a levantarse, caminar, alimentarse, siempre bajo la supervisión del equipo de salud. La hospitalización suele durar entre 5 y 7 días, dependiendo del estado general de la persona y su ritmo de recuperación.

Indicaciones hospitalarias

La primera vez que se levanta el paciente suele ser muy pronto después de la operación, con la ayuda del personal. Una vez que esta etapa se considera segura, se recomienda caminar regularmente, aunque sea distancias cortas, aumentando el esfuerzo de forma progresiva.

Los ejercicios respiratorios son esenciales para reexpandir los pulmones. Deben realizarse varias veces al día con un pequeño dispositivo, especialmente después de una cirugía con circulación extracorpórea, para reducir el riesgo de complicaciones pulmonares.

Toser también es importante para despejar las vías respiratorias. Como puede ser doloroso tras una apertura del tórax, se aconseja usar un cojín. Al sostenerlo firmemente contra el pecho, el dolor durante la tos suele ser mucho más tolerable.

Regreso a casa

Antes del alta, el paciente recibe sus recetas médicas y una lista de citas de seguimiento.

Se dan indicaciones precisas sobre los esfuerzos físicos que deben evitarse, cómo retomar gradualmente las actividades, cómo cuidar la herida quirúrgica y la importancia de seguir el tratamiento indicado.
La recuperación completa generalmente toma entre 6 y 8 semanas.

Para leer: Regreso a casa después de una cirugía cardíaca